martes, 15 de noviembre de 2011

La inocencia perdida y encontrada, Capítulo I

Me creía un héroe de novela, prefería ser el caballero de corcel blanco que rescata a la princesa de largas trenzas del torreón custodiado por un dragón enorme, a ser la princesa que debía esperar a su charming knight. Parecía más divertido que llorar en una habitación oscura y contemplar la inmensidad del mundo desde una ventana repleta de barrotes. Pero luego la gente te dice que no, que tú tienes que ser la princesa y esperar a que el príncipe te rescate. Y más tarde, te dicen que por no ser, no vas a ser ni princesa. Te cortan el hilo del globo y te hacen caer de bruces contra las frías losas del mundo real.

Y años después, en un curso al que te apuntas por hacer algo distinto, alguien te dice que no estabas equivocado, que puedes seguir soñando, que no te creas lo que te digan a pies juntillas, y te animan a conseguir todo lo que te propongas. La verdad es que ya antes pensaba hacer oídos sordos de todas esas críticas tan duras, y mi objetivo primordial era volver a atar los retales del hilo que me sujetaba a mis sueños, y seguir adelante con o sin ayuda. Pero se agradece enormemente el esfuerzo que hacen algunos por mantener las ilusiones de la gente latentes, e intentar que no se pierdan en el olvido. 
Por mi parte, la meta está clara: Esta semana termino la novela. Van ciento doce páginas y por meterme, a la camisa se le están multiplicando las once varas, y estoy completamente dentro y no sé cómo voy a salir. Ingenio, ¡acude! Buscaré la salida y la encontraré. Porque me lo propuse, y porque si quiero, puedo.

Y tú, ¿quieres o no?



Obstáculos: De pequeña me dijeron que bailaba como un pato mareado. Yo me lo creí y me daba pánico escénico.
Implicaciones: Muchas horas de interpretación, y más aún de ver las películas y fijarme en todos los detalles. Intentar hacer algo al respecto para que no me sudaran las manos y me dieran escalofríos al subirme en un escenario (tales como provocar situaciones en las que uno suele pasar vergüenza y obligarme a sobreponerme: karaokes, etc.)
Resultado final: Papel de "Six-girl" en el musical de Chicago (2008) y protagonista en Grease (2007). Foto: Escena "All that jazz" del musical de Chicago, 16 años.



Obstáculos: Constantes "tía, ¿no te va a dar vergüenza?" / "Carla, ¡te va a a ver todo el instituto!"
Implicaciones: Horas y horas cantando en mi habitación, la vecina del tercero bajando a decirme que le duele la cabeza, yo buscando descampados para poder gritar sin molestar a nadie, imaginarme cuando estaba allí que no existía absolutamente nada a mi alrededor más que el micro y yo.
Resultado final: ¡Ganamos el concurso del instituto y nos fuimos a Terra Mítica! (Y la prueba de escenario ganada durante todos los años que estuve en el instituto). Foto: Santo Tomás de Aquino, 16 años.




Obstáculos: una madre que no paraba de gritar "no quiero que ensayes con chicos, no quiero que pierdas tiempo, ¡tienes que estudiar!"
Implicaciones: Ensayos todas las semanas los martes, los jueves y los domingos. El domingo, día antes de selectividad, encerrada en una sala durante horas cantando, en vez de estar repasándome los bacteriófagos y el virus del VIH, mientras de cara a la galería yo estaba en "la biblioteca".
Resultado final: Conciertazo en el jardín de la Seda el 27 de junio de 2009. Foto: conciertazo en el jardín de la seda el 29 de junio de 2009, yo misma con 17 añitos. Por cierto, mis padres se enteraron el mismo día por la mañana, y al final estuvieron allí (y en selectividad saqué 8.04 ^_^)



Obstáculos: Una madre hipocondriaca v2.0 con agobio crónico de pensar que su hija puede estar a más de un kilómetro a la redonda de casa.
Implicaciones: La excusa más improvisada del siglo. "Mamá, no hay mejor manera de aprender inglés que escuchando música". Pero así, así de absurdo.
 Resultado final: Viaje en autobús desde Murcia hasta el norte de Alemania para estar en un festival tremendo. Foto: Wacken Open Air 2010, 18 años.


Metas a corto plazo---> Just like this: ¡La novela más surrealista de la historia!


*

Y para terminar, añado una historia que me contaron ayer en el curso de Creatividad que recomiendo a todo el mundo:

Estaban dos niños jugando en un parque. De repente, una rama cayó de un árbol, atrapando a uno de los dos niños, presionando su pierna e impidiéndole deshacerse de ella por el tamaño y el peso. El otro niño, que no veía a nadie a su alrededor comenzó a gritar pidiendo auxilio, pero viendo que nadie aparecía, y agobiado por los gritos de dolor del chiquillo, empezó a forcejear y consiguió levantar la rama y liberar a su amigo. Cuando la gente se percató de lo que ocurría aparecieron en su ayuda, pero el problema ya estaba resuelto. Al ver que el niño había movido la rama solito, todos se preguntaban: ¿Cómo ha podido hacerlo? ¡Si la rama pesa casi más que él! ¡Es imposible! ¿Cómo lo habrá hecho? Y un hombre que pasaba por allí y había visto la escena les dijo: Os diré lo que ha pasado, yo lo he visto todo. Todos le preguntaban, incrédulos, para que este señor les diera una respuesta. El hombre, con voz alta y clara les contestó:

Lo consiguió porque no hubo nadie allí que le dijera que no podía hacerlo.

;)

Así que después de este momento-de-contar-mi-vida, me despido con una canción del último disco de Extremoduro que me recuerda mucho a esas personas que consiguen ver el lado bueno de todo y contagian su positivismo a los que las rodean de tal manera, que quisiéramos cambiar sólo con escucharlos:

 Se le nota en la voz, por dentro es de colores.
Y le sobra el valor que le falta a mis noches.
Y se juega la vida siempre en causas perdidas.

Ojalá que me la encuentre allí entre tantas flores.
Ojalá que se llame Amapola, que me coja la mano
y me diga que sola no comprende la vida, no.
Y que me pida ¡más, más, más, más, más, dame más!
Y que me pida...

Es capaz de nadar en el mar más profundo.
Igual que un superhéroe, de salvar al mundo.
Donde rompen las olas salva a una caracola.

Ojalá que me despierte y no busque razones.
Ojalá que empezara de cero y poderle decir
que he pasado la vida sin saber que la espero, no.
Y sin que me pida, ¡más, más, más, más, más, dame más!
Y sin que me pida...
Si te vas, me quedo en esta calle sin salida,
sin salida.
Que este bar está cansado ya de despedidas,
de despedidas.

Como un extraterrestre se posa en el suelo
y me ofrece regalos que trae de otros cielos.
Le regalo una piedra, recuerdo de La Tierra.

Me pregunta por qué el hombre inventó la guerra
y en silencio pregunta aún de cosas más serias.
¡Yo me pongo palote sólo con que me toque!
(asumamos que sigue siendo Extremoduro xD)

¿Dónde vamos tan deprisa? -Me pregunta su sonrisa.
-Si tú quieres, tengo el plan:
Caminar, salvo que salga el sol,
por donde salga el sol, ¿qué más me da?
Y llegar hasta tu corazón,
salvo que salga el sol.

Si esta tarde no he venido,
es que ha habido un impedimento.
Me llevaron detenido
para hacer un declaramiento:
¡He robado, he mentido
y he matado también al tiempo!
¡Y he buscado en lo prohibido
por tener buenos alimentos!

Y es que la realidad que necesito
se ha ido detrás de ese culito
(Extremoduro v2.0)

Que delante de mí se paró por fin
un día con una noche oscura
esperando por ver si saliera la luna. 

Déjate querer, dímelo otra vez:
un día con una noche oscura
esperando por ver si saliera la luna.
Ay, luna...

Quédate muy cerca de mí
y así los dos, dulce madrugada.
Mírame, y vuelve a sonreír,
que si no, yo, no comprendo nada.




4 comentarios:

  1. ... Bien sabes que desde un tiempo hasta ahora estás siendo esa persona que me impulsa a ver las cosas de otra manera, aquella que me dice que se pueden hacer "las cosas que siempre has querido hacer pero para las que nunca has tenido tiempo". Si no fuese por ti, todo lo del blog de cine, el intento del videoclub, leer literatura clásica como quería desde bien pequeño... esas cosas que acaban quedando en segundo plano, no habrían pasado a realizarse. Porque siempre he querido leer Romeo y Julieta, y nunca me he concedido ese honor. Porque siempre he querido reflexionar sobre cine con alguien, y tú has dado pie a que eso, como tantas otras cosas, pasen a ser una realidad y no un mero sueño.

    Gracias por el impulso, de verdad. Y sí, quiero.
    =D

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  2. Me alegro mucho. Lo del videoclub es que fue muy grande.
    -¿Quieres?
    -Sí, pero...
    -¡Vamos!
    -No, otro día...
    -¡No, ahora!
    Jajajaja. Carla, abogado del diablo hasta el morir! Sí señor, that´s me.

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  3. Buenísima entrada, Carla. CHAPÓ. Me quito el sombrero.

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  4. Joder, qué ilusión me hace que alguien más lo lea!=)
    Me alegro de que te guste, lady!
    PD: ¿Sigues escribiendo en el periódico?

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