miércoles, 9 de noviembre de 2011

El lobo estepario (Hermann Hesse)

Tengo que reconocer que no lo he terminado, porque me coincidió con los exámenes de junio y cuando pude retomarlo, había pasado demasiado tiempo como para acordarme de todos los detalles, y demasiado poco para empezarlo de nuevo con ganas. En breves lo empezaré de nuevo, y si tengo que actualizar esta entrada, pues la actualizaré, o bien haré un inciso a propósito de ésta en alguna posterior.

El estilo no era muy de mi gusto, porque se torraba mucho con las descripciones, que están genial para situarte y darte a conocer a los personajes, pero algunas cosas me parecían completamente irrelevantes (a lo mejor luego no lo son, who knows). El caso es que eso contribuyó quizá a que no me enganchara demasiado, pero de todos modos, lo empecé porque leí un fragmento, que posiblemente sea del final del libro, en una ocasión que me dejó llorando a lágrima viva, y no soy una persona de lágrima fácil, así que sólo por eso se merecía una oportunidad (y se la sigue mereciendo). Lo dejo aquí porque esta tarde especialmente necesitaba volver a leerlo:

"-Entonces, ¿hay que morir, lobo estepario?

-¡Creo que sí! Yo estoy muy satisfecho de mi ventura, aún puedo soportarla durante una temporada. Pero cuando la dicha me deja alguna vez una hora de tiempo para estar despierto, para sentir anhelos íntimos, entonces todo mi anhelo no se cifra en conservar por siempre esta ventura, sino en volver a sufrir, aunque más bella y menos miserablemente que antes. [...]

- Tú, Harry, has sido un artista y un pensador, un hombre lleno de alegría y de fe, siempre tras la huella de lo grande y de lo eterno, nunca satisfecho con lo bonito y lo minúsculo. Pero cuanto más te ha despertado la vida y te ha conducido hacia ti mismo, más ha ido aumentando tu miseria y tanto más hondamente te has sumido hasta el cuello en pesares, temor y desesperanza, y todo lo que tú en otro tiempo has conocido, amado y venerado como hermoso y santo, toda tu antigua fe en los hombres y en nuestro alto destino, no ha podido ayudarte, ha perdido su valor y se ha hecho añicos. Tu fe ya no tenía aire para respirar. Y la asfixia es una muerte muy dura. ¿Es exacto Harry? ¿Es ésta tu suerte?

Yo asentía y asentía.

-Tú llevabas dentro de ti una imagen de la vida, estabas dispuesto a hechos, a sufrimientos y sacrificios, y entonces fuiste notando poco a poco que el mundo no exigía de ti hechos ningunos, ni sacrificios, ni nada de eso, que la vida no es una epopeya con figuras de héroes y cosas por el estilo, sino una buena habitación burguesa, en donde uno está perfectamente satisfecho con la comida y la bebida, con el café y la calceta, con el juego de tarot y la música de la radio. Y el que ama y lleva dentro de sí lo otro, lo heroico y bello, la veneración de los grandes poetas o la veneración de los santos, ése es un necio y un quijote. [...] Tienes razón, lobo estepario, mil veces razón, y, sin embargo, has de sucumbir. Para este mundo sencillo de hoy, cómodo y satisfecho con tan poco, eres tú demasiado exigente y hambriento; el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de mas. El que hoy quiera vivir y alegrarse de su vida, no ha de ser un hombre como tú ni como yo. El que en lugar de chinchín exija música, en lugar de placer alegría, en lugar de dinero alma, en vez de loca actividad verdadero trabajo, en vez de jugueteo pura pasión, para ése no es hogar este bonito mundo que padecemos... [...]Siempre ha sido así y siempre será igual, que el tiempo y el mundo, el dinero y el poder, pertenecen a los mediocres y superficiales, y a los otros, a los verdaderos hombres, no les pertenece nada. Nada más que la muerte.

-¿Fuera de eso, nada en absoluto?

-Si, la eternidad.

-¿Quieres decir el nombre, la fama para edades futuras?

-No, lobito; la fama, no. ¿Tiene ésta, acaso, algún valor? [...] La comunión de los santos, que en otro tiempo era representada por los pintores dentro de un cielo de oro, radiante, hermosa y apacible, no es otra cosa que lo que yo antes he llamado la «eternidad». Es el reino más allá del tiempo y de la apariencia. Allá pertenecemos nosotros, allí está nuestra patria, hacia ella tiende nuestro corazón, lobo estepario, y por eso anhelamos la muerte."






...Mais j´ai depuis longtemps perdu mes rêves: je connais trop la danse. Comme toujours, il est huit heures du soir, j´ai dormi tout le jour mais je sais qu´on est quelques milliards à chercher l´amour.

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